sábado, 18 de junio de 2011

Triangulo

Sentado en mi viejo sillón de Ikea,hecho en filipinas escucho tangos de Astor Piazzola con esa sensación del que está en un lugar equivocado anhelando otro lugar que desconoce pero que lo arrastra a la melancolía de lo que nunca fué o existió.
En la pantalla del ordenador contemplo una foto recién hecha,donde se observan objetos que compran los turistas cuando se viaja a países"exóticos"digo esta palabra por esa dulce sensación que se tiene cuando se cata algo nuevo,una fruta,una noche de mosquitos infernales,unos policías corruptos en busca de dinero fácil,unos olores al limite,tanto para bien o para mal,en fin eso y mucho más podría definir el concepto de exotismo.
Esos objetos me evocan a una vorágine de recuerdos de vivencias efímeras pero intensas donde uno es el protagonista de su própia película en la que interpreta todos los papeles y que con el paso del tiempo,allí quedan condensados,en objetos fetiche o simplemente en vagos recuerdos.
A veces una vida puede trascurrir en la audición de una vieja canción trágica e intensa de Astor Piazzola.




triángulo

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